La madrugada de este sábado 23 de noviembre, cerca de las cinco de la mañana, un comando armado irrumpió en el corazón del municipio. Sin mediar palabra, descargó siete cuerpos sin vida frente a la alcaldía. Acto seguido, los agresores detonaron ráfagas al aire y desaparecieron en la oscuridad. El estruendo despertó a los vecinos. El terror se apoderó de las calles.
No hubo enfrentamiento. No cayó ningún policía ni militar. Solo quedaron los cadáveres y el eco de los disparos. Minutos después llegaron elementos de la Guardia Civil Estatal. Acordonaron la zona. Retiraron los cuerpos con rapidez.
Hasta el cierre de esta nota, ninguna autoridad estatal o municipal ha ofrecido declaración oficial. Fuentes extraoficiales aseguran que ninguna de las siete víctimas era originaria de Santo Domingo.
En las calles de Santo Domingo, la gente ya no pide explicaciones. Pide seguridad. Pide no ser el siguiente.
